Mis activistas favoritos

Hoy, un día de playa cualquiera, en una playa cualquiera...
Un grupo de niños de entre 4 y 12 años, con todo tipo de herramientas (palitos, redes, botes, cubos,...), Jugaba entre las rocas a coger pequeños cangrejos, camarones y otros asustadizos bichejos.
El tamaño de los bichos hace que su captura no sirva nada más que para ENTRETENIMIENTO, un juego en el que los niños intentan atrapar el mayor número de animales y los confinan en un cubo con agua hasta que se aburren de ellos o hasta que mueren.
A nadie parece importarle, no hay ningún activista de playa que eduque in situ (aunque estoy convencido de la cantidad de haters que maldeciran a esos niños o los llamarán psicópatas por hacer lo que hacen los niños: jugar).
De repente, aparecen en escena dos hermanos de 11 y 14 años y hablan con el resto de niños y niñas. "Eso qué hacéis no está bien. Los animales no son un juguete. Dejarlos en libertad"

La turba de niños, se burla de los hermanos, los insultan, ... No voy a reproducir el lenguaje SOEZ de esos niñitos (de CUATRO a DOCE años). Pero los hermanos no se dan por vencidos, poco después regresan y mientras uno atrae la atención del grupo, el otro les vuelca los cubos con las capturas, devolviendo los animales al mar...

Contemplo la escena con admiración y con mucho orgullo, pues esos dos activistas SON MIS HIJOS.

Comentarios

  1. Creo que el ser humano es una causa perdida. Aunque después de lo leído, quizá lo creo con menos fuerza.

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